Cuando la vida lo pone en los limites de la existencia, el hombre emerge con una profunda reflexión sobre lo que es el mundo.
Cuando la vida toca lo profundo de su ser, el hombre recubre sus emociones con la melodía de versos lanzados como cánticos de aves.
Filosofía y poesía son dos alimentos espirituales con los cuales el hombre debe siempre alimentarse.
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